Criminal Minds... capítulo uno.

Seattle, Washington…

-Diablos – el sujeto se molestó –

-Corre – le dijo su amigo –

-No podemos dejarla aquí – señaló a la chica ensangrentada que yacía en el suelo – nos descubrirán –

-Oh vamos hermano, no empieces con tus cursilerías –

-No son cursilerías – gritó el hombre de cabello güero – sólo quiero salvar mi pellejo –

-Bueno – el otro sujeto movió la cabeza – sujétala de los pies y yo de las manos –

-¿Por qué yo siempre de los pies? – bufó –

-Ya Jason – se la llevaron y la metieron a una empacadora abandonada – vamos, corre –

17 de marzo de 2011, St. Louis, Missouri…

-Perfecto ahí nos veremos – colgué –

Salí de mi habitación y baje las escaleras. Mi madre estaba sentada en el sillón viendo su novela de las 7.00.

Cogí una manzana y me senté en el sillón que estaba junto al otro donde mi madre estaba sentada.

-Mike me invitó a salir –

-¿A estas horas? – dijo indiferente –

-Por favor – le rogué –

-Ya sabes que estas no son horas de salir –

-Pero, mamá, ya tengo 19 años – me senté junto a ella – ya no soy una niña, voy ya en la universidad –

-Eso no deja de lado que vivas bajo mi techo – siguió mirando el televisor – y ya sabes cuales son las reglas – me miró –

-Por favor – hice una pausa – lavare los platos –

-Empieza ya –

-Wuw – corrí a la cocina –

                       

Termine de alzar la cocina a las 8.10 y mi cita con Mike era a las 8.30. Tenía poco tiempo, salí de la cocina y me fui directamente a mi cuarto.

-¿Ya te vas? –

-Sí – sonreí - ¿qué tal me veo? – me miraba en el espejo -

-No me quejo – alzó los hombros – espero que ese chico tampoco –

-Podrías ser sincera al menos una sola vez en mi vida – dije fastidiada – desde que mi papa nos abandono te has vuelto una amargada – azoté el cepillo en mi tocador.

-No me hables así –

-Como sea, ya me voy –

-Ahora no vas a ir a ningún lado – sonrió hipócritamente –

-¿Qué? ¿Por qué no? – pregunté molesta –

-Porque soy una amargada –

-Ah no, esto tampoco lo vas a arruinar – baje a la sala –

-¿A dónde crees que vas? –

-Lejos de aquí – de un portazo salí de mi casa –

Camine sin rumbo fijo hacia adelante. Le llame a Mike y le dije que lo de nuestra cita quedaría para luego porque había discutido con mi madre. Estuvo insistiendo en ver si estaba bien, yo solo le respondí que me dejara.

Detrás de mí, caminaba una persona. Dos, tres, cuatro cuadras, desde la tienda a dos casas de donde yo vivía y seguía detrás de mí, ya empezaba a ser algo extraño, doble la esquina hacia la calle Wallstreet y el hombre seguía detrás de mí.

-El hombre me jaló del brazo - ¿Qué quieres? – le pregunté –

-A ti – sonrió y me tapó la boca –

El hombre cubrió mi boca y nariz con un pañuelo haciendo que me desmayara…

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