19 de marzo de 2011, Seattle Washington…
¿Que me pasó?, ¿Dónde estoy? Ésa era la clase de preguntas que rondaban por mi cabeza. Cuando desperté seguía adormecida por el líquido que el sujeto había introducido por mi boca y nariz, estaba casi desnuda, sólo tenía puesta la playera de tirantes con la que vestía ayer en calzoncillos.
Intenté levantarme pero no pude, tenía manos y pies esposados, éstos últimos estaban sujetados al pie de la cama.
-Despertaste – dijo una voz –
-¿Quién eres? – pregunté –
-Un amigo – me acarició el rostro –
-Suéltame – grité - ¿Qué hago aquí? –
-Eso no importa – se volteó – ahora… come – me aventó un plato de comida –
-No – contesté –
-¿Qué dijiste? – se volteó –
-Dije que NO voy a comer – se acercó a mi –
-A ver hermosura, tienes que comer si no quieres que tu cuerpo pierda forma – me miró de una manera tan grotesca –
-Chris déjala – intervino otra voz –
-Bien si eso quieres – ‘Chris’ se fue molesto y el otro sujeto sólo me miro para retirarse –
Sin decir más, me acosté, solo pensaba en mi madre, ¿qué estará haciendo? ¿Notará mi ausencia? Claro que no, esa mujer nunca se preocupó por mí.
Al siguiente día desperté, se escuchaban pasos por la escalera y en segundos había un hombre frente a mí.
-¿Ahora sí vas a comer? – era aquel sujeto que me había defendido la noche anterior, era alto, cabello color castaño casi güero, ojos color miel, sus labios estaban bien definidos y algo gruesos, demasiado atractivo para ser un secuestrador. Normalmente los secuestradores son fantoches dispuestos a tocar a sus víctimas hacerlas suyas y dejarlas tirando sangre por un acantilado, como… Chris, pero éste sujeto era diferente –
-No hasta que respondas mi pregunta – el asintió - ¿Dónde estoy? Y ¿Cuándo voy a salir de aquí? – pregunté –
-Estamos en Seattle y saldrás de aquí cuando paguen tu rescate – era irónico, mi madre no pagaría por que yo salga de aquí –
-¿Tan siquiera le has llamado a mi madre? – bufé –
-No pero… deben estarse preguntando dónde estas – miró mi celular – y cuando te marquen… les diré cuánto deben pagar – sonrió –
-Morirás en el intento – bufé –
-¿Ah sí? – Me miró - ¿Por qué debería? –
-Le estás haciendo un favor a mi madre – reí – ésa mujer jamás vendrá por mí –
-Entonces le llamaré – sí claro –
-Cómo si eso fuera a resultar – me di la vuelta –
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Espero que les guste :)
comenten (; & si leiste pon mg
Me gustó!!!:) Mmmm, Justin es demasiado atractivo para ser secuestradorrr <3 siguela.
ResponderEliminarplissya no pongas fotos de justina biberon no lo soporto xD sin ofender a las beliebers
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